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Desde la antigua China hasta Wall Street, la corbata roja siempre ha simbolizado la agresividad.
No en vano se le llama la corbata del poder: llevando una corbata roja, demuestras que eres serio.
Simboliza la riqueza, la fuerza, la autoridad, el dominio y la pasión. En muchas culturas, también simboliza la buena suerte.
Para conseguir el máximo efecto de poder, opte por una corbata de color rojo brillante, como una corbata de seda de color rojo sólido o rojo rubí. Para un enfoque menos agresivo, sustituye el rojo vivo por un tono más suave de burdeos.
Cuando miras a Donald Trump, normalmente intenta mostrar algo rojo, grueso y que cuelga por debajo del cinturón. Me refiero a su corbata -su corbata de poder, para ser precisos-, la que llevó en su toma de posesión y que se ha convertido en un elemento básico de las caricaturas de Trump.
Las corbatas de poder, al igual que el ex empresario Trump, se hicieron famosas en Nueva York en los años 80 y, al igual que la tarjeta de visita de Trump, tienen un significado histórico y académico más allá de su aspecto fálico.
Desde la aristocracia francesa hasta la presidencia, la historia de la corbata del poder puede ser también la historia del poder mismo. También puede estar relacionado con la caída de la "grandeza" de Estados Unidos.
Empecemos con China en el 210 a.C.
Lo creas o no, los primeros ejemplos de lazos de poder rojos no sólo están relacionados con gobernantes maníacos, sino también con muros.
Durante la primera dinastía de la China Imperial, el emperador Qin Shi Huang encargó muchos proyectos absurdamente grandes, entre ellos una primera versión de la Gran Muralla China y un gran ejército de terracota compuesto por unos 6.000 soldados de terracota.
Estos soldados, reunidos para custodiar su cuerpo en la otra vida, estaban pintados con lazos rojos que parecían pañuelos. Si el emperador no las llevaba él mismo, el lujo de las ropas teñidas de sus guerreros indicaba por reflejo su propia extravagancia.
La pintura de las corbatas ha desaparecido desde entonces, a diferencia de la estética folie de grandeur que se asociaba a ellas.
El siguiente ejemplo tiene más de 300 años: la columna Trajana, un monumento a la victoria del emperador romano Trajano. Sería una exageración llamar a la corbata de Trajano corbata - es más bien una capa - pero sus soldados llevaban algo parecido a un pañuelo alrededor del cuello.
Tanto si lo llevaban por razones utilitarias como si no, estos soldados formaron parte del mayor ejército de Roma y contribuyeron a que ésta alcanzara su mayor tamaño.
Como los colores militares de Roma son el rojo, es de suponer que los pañuelos de esta columna, en su día pintados, también eran rojos. Yo clasificaría este pañuelo como una "corbata roja", ¿me entiendes?
No es casualidad que estos antiguos soldados romanos y chinos eligieran el rojo. Es la ciencia. Antes de continuar con la historia, cabe destacar los numerosos estudios sobre la relación entre el rojo y el comportamiento competitivo.
Según una investigación recopilada por Psychology Today, vestir de rojo te da una ventaja competitiva. Te hace sentir más dominante, y para tu oponente, te hace parecer más dominante y amenazante.
El color rojo también se ha asociado a niveles más altos de testosterona. Así que, si eres alguien que no puede ponerse rojo en la cara (tal vez tengas la cara naranja), llevar el rojo permite que se conozca tu capacidad agresiva.
Una corbata roja de poder la lleva alguien que llama la atención sobre su poder, como una fragata que intenta hacer una declaración.
Estos soldados llevaban trozos de tela roja atados al cuello, y debían ser lo suficientemente agresivos para conseguir una audiencia: tras conocerlos, el rey francés Luis XIV adoptó su tocado.
Se conoció como corbata: una mala pronunciación de la palabra francesa para Croacia. Aunque Croacia está muy orgullosa de esta herencia (en 2003 ataron una corbata roja gigante alrededor del anfiteatro romano -hay que verlo para creerlo-), fue el propio rey Luis XIV, con todo el poder de un rey francés del siglo XVII, quien hizo de este estilo un movimiento de poder.
La corbata se ha extendido como un reguero de pólvora y se ha convertido en un elemento básico de la clase alta, siguiendo el clásico principio de "el mono ve, el mono hace".
No se trata sólo de quién lo lleva, sino de cómo. La obra fundamental de H. Le Blanc, The Art of Tying a Tie, publicada en 1829, describe las corbatas como una "carta de presentación".
Según Le Blanc, cada nación tenía su propio estilo. El corbatín americano "presenta la apariencia de una columna, destinada a sostener un capitel corintio".
Así que se puede atribuir cualquier corbata de columna al estilo americano, y creo que la mayoría de las corbatas de negocios entran en esta categoría.
En la década de 1920, Estados Unidos se convirtió en uno de los principales protagonistas de la historia de las corbatas gracias al neoyorquino Jesse Langsdorf, un fabricante de corbatas (solía ser un oficio) que utilizó ángulos de 45 grados y una construcción en tres partes para crear la corbata sobre la que todos vertimos mostaza.
Y en realidad éramos todos nosotros. La corbata se convirtió en un elemento básico en el vestuario diario de casi todos los hombres. Probablemente fue cuando Estados Unidos fue el último "grande". Bien, déjame explicarte.
La fabricación era una parte importante de los ingresos de una empresa, lo que era bueno, porque significaba más puestos de trabajo para los trabajadores no cualificados.
La prosperidad de los hombres blancos sin educación estaba floreciendo, porque no había que ir a la escuela, sólo había que ponerse a trabajar.
En el trasfondo de todo esto, los hombres llevaban sombrero y corbata para todo, por lo que el presidente no se vestía de forma muy diferente a la media. Esto probablemente dio cierto poder al uso de la corbata.
Cada corbata era una corbata de poder (aunque, recuerda, las rojas son siempre más poderosas). Estados Unidos tuvo un periodo de prosperidad económica razonable (si eras blanco) y de "grandeza" (si eras blanco).
Entonces las fuentes de poder empezaron a cambiar. El sector manufacturero estadounidense alcanzó su punto máximo en la década de 1970 y comenzó a declinar a partir de entonces.
Los ingresos de las empresas pasaron de la fabricación al comercio de acciones, y el poder, como el del rey francés, regresó. Tenía un nuevo hogar: Wall Street.
Con este nuevo poder ha llegado la última forma de moda del poder y su inevitable icono de Hollywood: Gordon Gekko.
Gordon Gekko es el magnate ficticio que protagoniza la película Wall Street de Oliver Stone. Concebido originalmente como una figura trágica, Gekko se ha convertido en el héroe popular de los aspirantes a ricos, y su moda es fundamental para su atractivo.
Wall Street ha demostrado que es posible agudizar la baba con colores vivos, accesorios brillantes y alto contraste. Gekko es una creación del escritor de moda masculina Alan Flusser, que describió el look de Gekko como "fuck you clothes". Que te den, estoy ganando dinero. Vete a la mierda, tengo poder. Vete a la mierda, te estoy jodiendo.
Y eso nos lleva a Trump, un producto en sí mismo del estilo empresarial estadounidense de los años 80, con vínculos de poder similares a los de Gekko. Grueso. Aparentemente, es caro. Se usa demasiado bajo. Rojo.
La mayoría de las veces, sus corbatas son del mismo rojo real que sus gorras "Make America Great Again". Llama la atención. Agresivo. De nuevo, estoy hablando de sus vínculos.
Aunque se podría pensar que el rojo simplemente lo alinea con su cohorte republicana, la idea de estado rojo/estado azul es en realidad sólo tan antigua como Bush v Gore, y el amor de Trump por los juegos de poder de los rojos es mucho más antiguo que eso.
Por ejemplo, su juego de mesa utiliza la misma imagen de Donald con corbata roja para la portada de la caja, el libro de reglas e incluso sus falsos dólares de Trump, cuya denominación más pequeña es de 10 millones de dólares.
Obviamente, todo sirve para que Donald parezca poderoso. Incluso hay algo admirable en que lleve su propia marca (aunque sea un poco como llevar la camiseta de su propio grupo).
Como presidente, Donald Trump recibirá varios retratos presidenciales; puedes apostar que en la mayoría de ellos aparecerá pintado con una camisa blanca, un traje azul y su característica corbata roja sólida.
